El mayor fabricante de eléctricos de China quiere en Alemania su tercera fábrica en Europa: le interesan las plantas del Grupo Volkswagen y tiene el OK de su Gobierno

Hace algunas semanas publicábamos que BYD, el mayor fabricante del mundo de coches eléctricos e híbridos enchufables, quiere contar con una tercera fábrica o incluso, una cuarta, en Europa. Y, según publica Bloomberg citando una “fuente conocedora de la situación”, Alemania sería “la opción principal” para la marca china, toda vez que el Gobierno de su país apoyaría esta ubicación. ¿El motivo? Que, en su momento, Alemania votó en contra de los aranceles de la UE.
Pongámonos en situación: de acuerdo con las previsiones de la consultora S&P Global Mobility, la firma china duplicará este año sus ventas en Europa respecto al 2024, que aumentarán de 83.000 a 186.000 unidades matriculadas. Y, de cara a 2029, se espera que BYD venda en el Viejo Continente hasta 400.000 vehículos.
Con estas previsiones, es perfectamente entendible que BYD, que está a punto de adelantar a Tesla como mayor fabricante de coches eléctricos del mundo, quiera levantar más fábricas en suelo europeo. 
Hablamos de una tercera planta, más allá de la que ya ha edificado en Hungría y cuya producción dará comienzo en octubre; y de la que tiene previsto levantar en Turquía y que empezará a producir coches en 2026. Estas dos plantas juntas deberían producir cerca de 500.000 vehículos al año.
El plan de BYD es muy claro: fabricar en estas dos fábricas, y en una posible tercera, todos los coches que pueda vender en Europa y en otros mercados cercanos, como Rusia u Oriente medio.
Estos vehículos, al no estar fabricados en China, no se verían afectados ni por el arancel principal que la UE establece a cualquier producto fabricado en China ni, tampoco, por el arancel añadido que la UE impone a los coches eléctricos fabricados en ese país desde el pasado octubre, y que para BYD supone el 17%.
Ahora bien, según la fuente citada por Bloomberg, BYD está considerando Europa Occidental para una tercera planta porque quiere lograr un “reconocimiento de su marca” así como una “aceptación entre los clientes europeos como fabricante local”.
Pero a estos motivos se sumaría otro incluso más importante que jugaría directamente a favor de Alemania: la ‘vengativa’ política exterior de China.
Recordemos que, tras la aprobación de la UE de sus aranceles añadidos, el Gobierno de la República Popular, que mantiene una capital ascendencia sobre sus empresas, «instó» a sus fabricantes a no invertir en aquellos países que habían votado a favor de su aplicación. Y esto supuso, por ejemplo, que el Leapmotor B10 no se produjera en Polonia, dado que este país había votado a favor de los aranceles y en contra de los intereses del comercio chino.
Entre los países en la lista negra está la citada Polonia, junto a Francia e Italia. Pero no Alemania, que se mostró contraria a esta regulación. Además, en Alemania se dan otras dos circunstancias que podrían facilitar la llegada de una fábrica de BYD al país teutón.
De entrada, Reuters ya publicó el pasado mes de enero que funcionarios del Gobierno de China y fabricantes de automóviles de ese país estaban “atentos a la situación” de algunas fábricas en Alemania que podrían cerrar, particularmente aquellas del Grupo Volkswagen; que sólo siguen perteneciendo a la compañía por el compromiso alcanzado por esta con sus sindicatos para no cerrarlas.
Pero ojo, y he aquí la segunda circunstancia; porque el Grupo Volkswagen ya reconoció, sin tapujos y hace apenas dos meses, que había estado hablando con marcas chinas para la posible venta de algunas de sus plantas en Alemania, concretamente las de Osnabrück y Dresde. Cómo suele decirse, sólo hay que hacer cuentas.
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