Rebatimos un nuevo bulo del coche eléctrico: su mantenimiento es un 29% más barato que el de un gasolina

Malas noticias para los talleres y muy, pero que muy buenas para los propietarios de coche eléctrico. Así se desprende, al menos, del estudio de Solera “Reciclando la postventa” presentado el pasado 16 de julio.
Según los datos publicados en el informe, hay dos aspectos en los que el coche eléctrico es mucho más barato que el de combustión: su mantenimiento y su coste de reparación.
Empecemos con el mantenimiento. Tal y como se desprende de las cifras presentadas por Solera, mantener un coche eléctrico puro es un 29% más económico que un gasolina, un 21% que un diésel y un 25% que un híbrido.
Sólo la partida de los neumáticos puede salir más cara que en un vehículo de combustión. En concreto, es un 61% más caro que un diésel, un 37% más que uno de gasolina y un 42% que un hibrido.  La razón habría que buscarla en el mayor peso de los eléctricos por la incorporación de la batería que exige o bien unos neumáticos especiales o bien un cambio más frecuente de los mismos.
En el resto de las partidas, el coste de mantenimiento es claramente inferior. Así en mantenimiento en general, el eléctrico es un 68% menos costoso que un gasolina y un 66% menos que un diésel o un híbrido. En frenos llega a ser hasta un 74% más barato que un gasolina y un 71% menos que un diésel, aunque en este caso la diferencia con el híbrido se reduce a un -1%. El estudio engloba dentro de la partida genérica de Otros el resto de mantenimientos propios de un coche (sistema electrónico, líquidos, piezas móviles, etcétera), un apartado en el que la diferencia entre un eléctrico y un gasolina se va hasta un 56% más barato a favor del primero, un 54% más económico que un diésel y un 48% más que un híbrido.
Pero si incluimos en esta comparativa la variable coste por kilómetro, las diferencias son todavía mayores. Tomados como referencia 3 años y 90.000 kms, los resultados son todavía más beneficiosos para el coche eléctrico. El coste por kilómetro de un eléctrico es un 42% menor que el de un gasolina, menos del 33% que el de un híbrido y un 27% menos que un diésel.
En el coche eléctrico desaparecen nada más y nada menos que 20 piezas por un valor que supera los 20.000 euros en reparaciones, de manera que no es de extrañar que la factura media de reparación mecánica en el taller sea un 28% más económica que en el caso de un modelo de combustión: 368 euros frente a 513 euros, 145 euros menos.
En Solera han analizado el importe medio de las piezas de un vehículo de combustión que desaparecen en un eléctrico y las cifras hablan por sí solas. Tal y como vemos en el gráfico: el alternador (753 €), motor de arranque (488 €), bujía (98 €), inyector (285 €), bomba de inyección (1.606 €), bomba de vacío (632 €), turbo (1.785 €), culata del motor (1.937 €), filtro de aire (41 €), filtro de aceite (36 €), cárter de aceite (413 €), cigüeñal (1.434 €), volante motor (435 €), colector de admisión (513 €), árbol de levas del escape (237 €), árbol de levas de la admisión (464 €), bomba de combustible (640 €), depósito de combustible (634 €), catalizador (1.778 €) y silencioso principal (471 €). Todo ello arroja un total de 20.227 € menos en reparaciones potenciales.
El estudio también incluye un concepto más: el índice de reparabilidad (la capacidad de un dispositivo, en este caso, un coche, para ser reparado), que es mayor en el vehículo de combustión que en el eléctrico, aunque en el último año han quedado muy próximos: el 67,7% para el de combustión frente al 64,7% del eléctrico. Es decir, 3 puntos por debajo. Ahora bien, si la analizamos en perspectiva es una diferencia que se ha ido recortando con los años: en 2021 había hasta 6 puntos de distancia (64,5% frente a 58,5%) y en 2022 eran 4,2 puntos (65% frente a 60,8%).
Y otro detalle curioso, los vehículos eléctricos tienen más reparaciones en las zonas delanteras y traseras que los de combustión, aunque en este caso las diferencias son casi mínimas: el 48% en las frontales en el caso de los eléctricos frente al 47% de los de combustión, y el 32% en las traseras en los eléctricos frente al 31% de los de combustión.
En toda esta comparativa tan beneficiosa para el coche eléctrico, hay una espinita: los modelos prémium. Tal y como recoge el informe de Solera, la reparación en un prémium eléctrico es hasta un 85% más cara que en un modelo generalista, mientras que en las otras propulsiones la factura no se dispara tanto: en el caso de un gasolina, es un 68% más; en el caso de un híbrido, un 60%, y en el de un diésel, un 29%.
Periodista y escritora, con una larga trayectoria vinculada al periodismo económico, la innovación, el emprendimiento y la gestión.

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