Este miércoles, nueve días antes de que se estrene en los cines ‘F1: la película’, Motorsport.com España ha podido disfrutar de un pase privado para la prensa en cines Kinepolis, y aquí explicaremos las conclusiones extraídas, sin spoilers.
Es apta para todos los públicos. Y no hablo de edades, sino de aficiones. Quien no sea especialmente seguidor del automovilismo encontrará una película entretenida y la emoción necesaria para verla con interés. Y quien sea aficionado, disfrutará en líneas generales si sigue un consejo: saber en todo momento que estás viendo una película.
Hay incongruencias, claro, una muy grande relacionada con la edad y sobre todo el tiempo que el protagonista ha estado fuera de la Fórmula 1. Y en las carreras, por supuesto, por más que la FIA sea capaz de generar guiones aún más inexplicables e inverosímiles. Pero sabiendo que estás ante la gran pantalla, viendo ficción, podrás ver la película con la sensación de que las dos horas y media que dura no se te harán largas. De que incluso te falta algo más.
Sin ser un experto en cine, se puede concluir que los efectos especiales y el montaje de imágenes es espectacular. Sin dudas, la película de carreras donde más fielmente se siente la velocidad y el vértigo al volante.
Y por supuesto, la aparición de los pilotos de F1 del mundo real, sus cameos, no solo gustarán sino que generarán multitudes de sonrisas. Prometí no hacer spoilers, pero no imaginaba que el piloto guapo al que quisieran conocer las fans fuera uno de los nuestros. Y que el otro hiciera una breve aparición TAN él.
Los pilotos que más aparecen son, por razones obvias, los que ocupan dos zonas muy concretas de la parrilla, pero siendo la película una idea impulsada y generada por Lewis Hamilton uno podría esperar un final diferente. Lo dicho, tienes que verla.
Si las imágenes de los grandes premios, de la fábrica y en general de la competición son espectaculares y en muchísimos casos reales es por el acceso que se dio a los creadores, claro, algo que otras películas no pudieron disfrutar. Pero la combinación de mundo real e imaginado es magnífica, y en ocasiones uno se pregunta cómo lo han podido hacer.
Algo cuestionable, eso sí, es el papel que representan las mujeres, porque lo que parecía intención inclusiva se puede haber convertido en lo contrario, pero de ahí tampoco quiero revelar spoilers.
Brad Pitt, eso sí, se ajusta como anillo al dedo a su personaje, imposible no empatizar. Y Bardem, que cuando se enfada o celebra no puede evitar hacerlo en español (hemos visto la película en versión original subtitulada) también brilla.
Ah, eso sí, ahora tocará verla traducida, para saber cuánto cambia la historia, pero la esencia va más allá del lenguaje. El resumen es claro: ve a verla.
En este artículo
Jose Carlos de Celis
Fórmula 1
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