Hace unos meses, Volkswagen anunció un cambio en el sistema de nombres de sus coches eléctricos, que dejarían de tener números para ganar personalidad propia. Este anuncio coincidió con la presentación del Volkswagen ID. Polo, nombre definitivo del que iba a ser el ID.2. Esto hizo pensar que el utilitario se convertiría en un modelo exclusivamente eléctrico, pero parece que a su versión de combustión aún le queda recorrido.
Martin Sander, responsable de ventas, marketing y posventa de la junta directiva de Volkswagen, declaró a Auto Express: «Habrá una actualización del Polo de combustión. Podemos seguir fabricando coches de combustión mientras sea necesario, sin límite. La plataforma actual [MQB-A0] es más que capaz».
El Polo, al igual que otros utilitarios del Grupo Volkswagen (Seat Ibiza y Skoda Fabia), se desarrolla sobre la plataforma MQB-A0, diseñada para combustión. Sin embargo, su versión Evo es una evolución que permite incorporar una arquitectura eléctrica nueva y más potente. Esta será la que monte el modelo, permitiéndole beneficiarse de sistemas de propulsión híbridos, además de recibir mejoras tecnológicas.
Al ser preguntado sobre si el pequeño de la familia contará con elementos vistos en el nuevo T-Roc, que monta la plataforma MQB-Evo, Sander respondió afirmativamente: «Por supuesto. Es un trabajo grande y costoso, pero tenemos que hacerlo».
La novedad es importante en múltiples aspectos. En cuanto a tecnología, permitirá renovar el sistema multimedia y las interfaces del vehículo, incorporar nuevos asistentes de conducción que incrementarán la seguridad y posibilitará que el software reciba actualizaciones remotas.
Aún más relevante será la evolución de su oferta mecánica. Con la nueva plataforma se dirá adiós a los motores térmicos en exclusiva, dando paso a versiones microhíbridas, muy extendidas en otros modelos de la marca, así como al primer sistema híbrido eléctrico de la compañía, que debutará en 2026.
Sander deja claro que llevar a cabo esta renovación en un modelo con una plataforma antigua como la MQB-A0 es muy costoso para la marca. Tanto, que desde fuera podría parecer poco comprensible dedicar ese esfuerzo e inversión cuando, de manera paralela, estará disponible un Polo eléctrico completamente nuevo. La razón para hacerlo es sencilla: una cuestión de mercados.
«Para competir en Europa, debemos dar servicio a toda Europa. Noruega es 100 % eléctrica, pero el sur es muy diferente. En algunos lugares, como Italia, solo el 10 % es eléctrico. Y aun así, debemos ofrecer a nuestros clientes el tipo de coche que desean comprar, independientemente de su región o preferencia», explica.
Centrarse únicamente en el ID. Polo cerraría las puertas a mercados con menor adopción del coche eléctrico, lo que afectaría considerablemente a las ventas. Recientemente, el sector ha ofrecido ejemplos claros de ello, como el caso de Fiat, que eliminó el 500 microhíbrido para centrarse en el 500e, pero que, debido a las ventas, ha tenido que desarrollar una nueva versión MHEV a partir de la base del cero emisiones.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

