Aunque los equipos de Fórmula 1 cuentan con propietarios y directores, como Adrian Newey en Aston Martin, existen figuras que son líderes por naturaleza. Este es el caso de Fernando Alonso, quien en 2026 iniciará su vigesimotercera temporada y se consolida como el piloto referente de una escudería en busca de la gloria.
Durante una entrevista en el canal de YouTube de Aston Martin, al preguntársele cómo un piloto contribuye a crear el equipo perfecto junto a sus compañeros, Alonso detalló: «En primer lugar, hay que respetar el trabajo de todos. Somos entre 900 y 1.000 personas en Aston Martin, y cada una tiene un papel clave en el rendimiento del coche. Al mismo tiempo, es fundamental predicar con el ejemplo: dedicar las horas necesarias para rendir al máximo y obtener resultados los domingos siempre que sea posible».
El bicampeón mundial admitió que, para ejercer un liderazgo efectivo, a veces es necesario ocultar los momentos menos favorables. «Debes estar atento, en forma y motivado durante toda la temporada, cumpliendo con tu labor día a día, aunque haya jornadas mejores y peores. Hay que ponerse esa máscara al llegar al trabajo, y la Fórmula 1 es brutal en ese sentido», explicó.
«Es el entorno más competitivo de cualquier deporte. No hay días de descanso; cada jornada es crucial para el éxito. Tras un buen o mal resultado, yo siempre me mantengo igual, y espero que todo el equipo también dé el 100% cuando acude a la fábrica», añadió.
Profundizando en cómo debe comportarse ante la mirada pública, continuó: «No puedes mostrar debilidad en este deporte. Somos solo 20 pilotos en el mundo, por lo que hay millones de ojos observándonos. Tanto los aciertos como los errores suelen exagerarse. Es esencial tener mucha confianza en uno mismo, sin revelar flaquezas ni en el estilo de conducción ni ante los medios, manteniendo la calma ante cualquier rumor. Debes ponerte una máscara al entrar al paddock».
Ante la pregunta lógica de si no resulta agotador proyectar siempre una confianza inquebrantable, Alonso reconoció: «Es muy exigente. No todos los días te sientes al 100% preparado para asumir tus compromisos. Pero cualquier trabajo, si se realiza a la perfección, conlleva exigencia. Incluso la tarea más sencilla, si aspiras a ser el mejor, requiere dedicación. Hay que aceptarlo y disfrutar del proceso de búsqueda de la perfección».
Finalmente, al cuestionarle sobre la relación entre el trabajo duro y la grandeza, declaró: «Ambas son inseparables. No se consigue una sin la otra, pero el esfuerzo y el proceso de lograr algo especial ya constituyen una victoria en sí mismos».
«Cuando participo en un campeonato o una carrera, creo que soy el mejor preparado. Esa preparación y conocimiento sobre la situación me convierten en ganador incluso antes de comenzar. Comprendo las limitaciones de nuestro paquete, pero afronto cada carrera con optimismo, confianza y determinación para lograr el mejor resultado posible: a veces es un séptimo puesto, a veces un noveno, a veces un podio…», concluyó.
«Y si un podio está al alcance, no terminaré octavo. Estoy seguro de ello».
**REDACCIÓN FV MEDIOS**
