Donald Trump, elegido presidente de los Estados Unidos, ha generado tanto fervor como críticas. Su toma de posesión está programada para el próximo 20 de enero, un acontecimiento que también impactará en el empresario Elon Musk y su compañía Tesla. Musk apoyó abiertamente la candidatura de Trump, lo que ha propiciado un significativo aumento en las acciones de Tesla, con proyecciones de crecimiento que podrían llegar al 50%.
La relación con Trump también ha motivado a otras compañías a acercarse al nuevo mandatario en busca de beneficios. Ford, General Motors y la división norteamericana de Toyota han donado un millón de dólares cada una para apoyar la investidura de Trump, además de comprometer una flota de vehículos para los transportes durante el evento de toma de posesión.
El interés de estas empresas no se limita a la contribución económica, ya que buscan obtener ventajas fiscales y protección frente a marcas extranjeras, contando con el respaldo de tener fábricas en territorio estadounidense. Trump, por su parte, ha prometido ser más duro en materia de aranceles, lo que podría cambiar el panorama para fabricantes chinos que habían incrementado su cuota de mercado en Norteamérica.
La presidencia de Trump ha despertado un gran interés tanto entre empresarios como en la industria automotriz, con expectativas y desafíos que marcarán una nueva etapa para el sector en los próximos años.