Los monoplazas de Fórmula 1 de 2026 tendrán una forma diferente de gestionar la energía, toda ella generada por el MGU-K. Sin embargo, otro factor crucial definirá el rendimiento y la eficiencia, al menos en la primera parte de la temporada: los combustibles. A partir del 1 de enero de 2026, estos serán 100% sostenibles, un cambio radical respecto a los utilizados hasta el final de la temporada 2025 en el Gran Premio de Abu Dhabi, que puso fin a la era de los monoplazas de efecto suelo actuales.
Los elevados costes de estos nuevos combustibles —superiores a lo esperado— han generado preocupación en varios equipos, a pesar de que no están incluidos en el límite presupuestario de la temporada. «Los costes del combustible estarán fuera del tope presupuestario, al menos en su mayor parte, pero aún así hay que financiarlos. Así que hay que encontrar los ingresos», explicó Ayao Komatsu, director de Haas.
Para cada equipo, los nuevos carburantes no solo serán importantes por su coste, sino también para garantizar el rendimiento de las nuevas unidades de potencia. Hywel Thomas, director de motores de Mercedes, destacó la relevancia de los combustibles ecológicos a partir de 2026: «Creo que la gasolina puede ser un factor de rendimiento real, sobre todo al principio. Todo el mundo llegará a un nivel similar en algún momento, pero no sé si será antes de la primera carrera o después».
Thomas añadió: «Una cosa interesante es que, incluso dejando de lado el requisito de sostenibilidad, la normativa del combustible ha cambiado más este año que en los últimos 25. Es una formulación completamente nueva, y además debe ser sostenible. Todas las compañías petroleras merecen un gran aplauso».
Aunque se trata de combustibles específicos para la F1, su composición se asemejará más a los carburantes tradicionales de uso en carretera que en el pasado. «Lo que han hecho es poner más restricciones al combustible para que se parezca mucho más a lo que se encuentra en los surtidores de gasolina. Hay octanajes y otros elementos más similares a los de los coches de carretera. Por tanto, algunas cosas que podíamos hacer antes, ahora no podemos», explicó Thomas.
Nikolas Tombazis, responsable técnico de la FIA en la división de monoplazas, señaló: «Hay parámetros relacionados con el contenido energético, las características de evaporación y diversos componentes del combustible que son bastante parecidos a los de los coches de carretera. Sin embargo, no creemos que el combustible de F1 llegue pronto a los vehículos de producción. Hay cuestiones de costes que deben abordarse para que los costes de producción puedan disminuir».
Las empresas productoras tuvieron libertad para elegir entre combustible sintético o biocombustible, con la única restricción de cumplir las especificaciones técnicas de la FIA. Los costes de investigación y desarrollo se han incrementado notablemente en los últimos meses, impulsados por la necesidad de crear un producto eficaz que permita al motor térmico entregar la potencia necesaria.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**

