McLaren logró este sábado en Monza lo que no pudo hace siete días en Zandvoort. El 1-2 de Lando Norris y Oscar Piastri, sumado a la séptima posición de Max Verstappen, dejó el escenario ideal para que el británico haga una buena poda en la lucha por el título. Además, de producirse en la carrera una serie de combinaciones, Woking podría quedar como líder del campeonato de Constructores.
Ferrari y Mercedes fueron los únicos retadores de los papaya. Carlos Sainz, Charles Leclrec, George Russell y Lewis Hamilton, hicieron todo para vencer al coche más rápido y fiable de la parrilla. No pudieron. Mientras que Red Bull vivió un desastre como nunca se vio en el reinado del holandés.
Leclerc y Sainz salieron decididos a quedarse con el último stint de la Q3, pero Norris y Piastri tenían mejor ritmo que las Ferrari y los relegaron con facilidad. A Russell solo le alcanzó para la tercera posicón, mientras que Hamilton terminó en P6.
Piastri, Russell, Leclerc, Sainz y Hamilton quedaron a una décima de Norris. En cambio, Verstappen, con un RB20 que empieza a rendirse, terminó séptimo a +0,509s del Mercedes del siete veces campeón. Medio segundo separa a los Red Bull –Sergio Pérez terminó octavo- del lote de punta.
La Q1 y Q2 fueron arrojando pinceladas de lo que sería la definición en Monza. Los parciales ubicaban a los McLaren por delante, y tanto Mercedes como Ferrari se sumaron a la conversación. Red Bull nunca se mostró como un serio retador, ni siquiera con el segundo lugar de Verstappen en Q2.
El circuito italiano brinda una ventaja extra con el rebufo -de tu propio compañero o del que esté adelante-. Ni siquiera eso le alcanzó al holandés. Caso contrario con los Alpine, Nico Hülkenberg (Haas), Alex Albon (Williams) o Fernando Alonso (Aston Martin); quienes sacaron provecho del efecto y sortearon los cortes. Algunos se quedaron en Q2, otros avanzaron a Q3. Pero siempre con la magia de la aerodinámica.
Fue una clasificación limpia sin incidentes graves, más allá de algún derrape o salida de pista que no pasó de una bandera amarilla. El nuevo asfalto es un libro de códigos que están descifrando los pilotos, pero coinciden en una cosa: los baches, que siempre fueron un problema en Monza, desaparecieron.
El piso reasfaltado nos regaló momentos de destreza para deleite de los espectadores y el malhumor de los competidores. Los más impresionantes ocurrieron en Q1 con la segunda variante de Lesmo como escenario.
Carlos Sainz, que iniciaba su primer stint, se pasó en el radio de giro y mordió la tierra. El español abortó masticando bronca porque tenía récord en el Sector 1. El otro que sintió el rigor de Lesmo 2 fue el debutante Franco Colapinto.
El argentino abrió demasiado el exterior para tomar la curva y pisó la tierra. El Williams se fue de costado al girar en la variante y transitó por la grava. Los reflejos y la sangre fría del novato, en medio de una nube de arena, mantuvieron en línea al FW46 para regresar a pista con el coche intacto. Sin embargo, esto arruinó su última vuelta y quedó eliminado.
La Q2 fue un mero trámite. El público aguardaba la batalla final por la pole. McLaren, Mercedes y Ferrari no les fallaron. El Waterloo de Red Bull fue un condimento extra.
El equipo de Milton Keynes quedó contra las cuerdas. El domingo por la tarde, al caer la bandera a cuadros, podría recibir dos golpes de KO. El primero, Norris recortaría considerablemente la ventaja de Verstappen en el campeonato. El segundo, y más doloroso, perder la punta en Constructores. Solo 30 unidades los separan. Si mañana tienen otro mal día, Red Bull resignará el liderazgo que ostenta desde mediados de 2022. El golpe más duro.
Este sitio no es oficial y no guarda ninguna relación con el grupo empresarial Fórmula Uno, F1, FORMULA 1, FIA FORMULA ONE WORLD CHAMPIONSHIP Y GRAN PREMIO son marcas registradas titularidad de Formula One Licensing B.V. que forma parte del grupo empresarial Formula Uno.