El particular cuento de Tesla ya forma parte de los libros de historia del mundo del motor. La compañía fundada en California en julio de 2003 ha vivido muchos cambios a lo largo de estas dos décadas, pero podría decirse que el fundamental fue la entrada de Elon Musk. Su visión la hizo pasar de una pequeña startup a la compañía automovilística mejor valorada del mundo. No ha sido un camino fácil, pero se puede decir que Musk ha conseguido todo aquello que se proponía. Ahora ha llegado el momento de recolectar los beneficios. La junta de accionistas ha votado a favor de pagarle a Elon Musk el mayor salario de la historia, aunque todavía no lo tiene ganado.
Si has seguido un poco la evolución de esta particular historia sabrás que Musk no tiene un salario fijo como tal a pesar de ocupar desde hace años el despacho del director ejecutivo. Sus retribuciones se centran en aportar valor a las acciones de la compañía. Posee cerca del 20% de los títulos, a día de hoy valorados en más de 180 dólares por acción. La empresa tiene un valor estimado de 572.000 millones de dólares, aunque hay que reconocer que el precio de las acciones ha caído significativamente en el último año. Muchos aseguran que la culpa ha sido por las malas decisiones de Musk.
Si bien el crecimiento de la empresa ha sido exponencial y acelerado en la última década gracias a lanzamientos tan importantes como el Tesla Model 3 y el Tesla Model Y, también se han producido giros inesperados de guión que no muchos han entendido. El resultado del primer trimestre de este año ha dejado un mal sabor de boca en los parqués bursátiles y todos temen que en 2024 Tesla cierre el curso como segundo mayor fabricante de coches eléctricos del mundo por detrás de BYD. Históricamente, Tesla siempre ha liderado las listas de éxitos. Otro problema son los proyectos en los que está trabajando la compañía. El desarrollo del Tesla Model 2 está siendo mucho más lento de lo esperado y para este curso sólo se espera el lanzamiento del primer robotaxi. Lo veremos el próximo 8 de agosto.
La inestabilidad se ha adueñado de la empresa y casi un 20% de sus trabajadores han sido despedidos. Departamentos enteros como el de Superchargers se han visto en la calle sin motivo aparente. A pesar de ello y a pesar de la presión ejercida en su contra, Elon Musk ha recibido el visto bueno de la mayoría de los accionistas. Musk recibe el voto de confianza que le falta y, de paso, se lleva 56.000 millones de dólares como parte del pago por los servicios prestados. Muchos grandes inversores se habían puesto en contra del pago ya que consideraban que hace tiempo que Musk no ejerce como debería. Falta de proyectos importantes, caída del precio de las acciones y decisiones dudosas han puesto en peligro su multimillonario salario.
A pesar de las buenas noticias, Musk todavía tiene que salvar un importante escollo para recibir el ingreso en su cuenta. Tras recibir el visto bueno de los accionistas, ahora llega el momento de persuadir a un juez. La parte más complicada del plan. Hace meses que un juez de Delaware, sede actual de la compañía, negó el paquete salarial a Musk al encontrar deficiencias en el proceso de constitución de la junta directiva en 2018. A pesar de que los accionistas también han votado a favor de transferir la sede a Texas, esto no supone cambio alguno para el juicio que todavía está pendiente. Hasta que éste no llegue a su fin, Elon Musk no podrá respirar tranquilo. Se esperan meses de duros litigios legales. Al menos una parte ya la tiene asegurada.
Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.
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