El Gobierno de Giorgia Meloni ha dado luz verde al Programa Nacional de Exploración Minera (PNEM), primer paso de una ofensiva para reactivar la industria extractiva italiana tras décadas de parón. El plan prevé analizar 14 zonas de norte a sur con el objetivo de abrir hasta un centenar de nuevas minas de litio, tierras raras, cobre, grafito o titanio, esenciales para baterías, electrónica y energías renovables. Para esta fase exploratoria se han destinado 3,5 millones de euros y un plazo de doce meses para cartografiar el subsuelo nacional.
Detrás del empuje está el decreto sobre Materias Primas Críticas aprobado en 2024, que simplifica los permisos: las concesiones deberán resolverse en 18 meses y las empresas pagarán entre el 5% y el 7% del valor extraído en regalías al Estado o regiones. La norma alinea a Italia con el Critical Raw Materials Act comunitario, que exige que la UE cubra con producción interna al menos el 10% de su demanda de minerales estratégicos antes de 2030.
El litio nacional podría alimentar gigafactorías de baterías proyectadas en Emilia‑Romagna y Lombardía, mientras las tierras raras impulsarían la producción de imanes para motores eléctricos. Si el calendario se cumple, las primeras minas operativas podrían estar en marcha a partir de 2028, justo cuando el mercado europeo de vehículos eléctricos superará los 10 millones de unidades anuales, según ACEA.
El reto será equilibrar velocidad, competitividad y aceptación social; un equilibrio que decidirá si las 100 minas de Meloni se convierten en el nuevo pilar de la transición energética italiana o en un mero espejismo legislativo.
Para incentivar la cadena de valor, Meloni ha creado un Fondo “Made in Italy” de 1.000 millones de euros que podrá duplicarse con capital privado. El instrumento, gestionado por Cassa Depositi e Prestiti e Invimit, financiará proyectos de extracción, refino y reciclaje, e incluso participará en compañías de la nueva minería nacional.
Según el Ministerio de Empresas, el país alberga al menos 15 de los 34 minerales considerados críticos por Bruselas, desde litio geotérmico en Toscana y Lazio hasta cobalto en Piamonte o barita en Cerdeña. Muchas vetas corresponden a explotaciones clausuradas en los 80 y 90 que podrían reabrirse con tecnologías de menor impacto y estándares ambientales de la UE.
El litio es la joya de la corona. Proyectos como los de Altamin y Vulcan Energy plantean extraerlo mediante Direct Lithium Extraction (DLE) a partir de salmueras geotérmicas, reduciendo consumo de agua y CO₂ respecto a las minas convencionales. De confirmarse los recursos, Italia aspira a convertirse en suministrador regional de cátodos para baterías de vehículos eléctricos, hoy dependientes en un 97% de importaciones asiáticas.
No todo son números verdes. El PNEM ya enfrenta oposición de comunidades locales y organizaciones ecologistas que alertan de riesgos de contaminación y del impacto visual de las canteras, un fenómeno “NIMBY” que paralizó proyectos similares en Serbia o Portugal. El Ejecutivo replica que la minería europea garantiza trazabilidad social y ambiental frente a explotaciones en Congo o China, y que solo dará licencia a proyectos “climáticamente neutros” tras la pertinente evaluación de impacto.
Además de la exploración, el programa prevé mapear todos los pasivos mineros abandonados para sellar vertidos históricos y recuperar metales contenidos en los residuos, integrando fondos del PNRR y de la política de economía circular italiana. El Instituto Superior para la Protección e Investigación Ambiental (ISPRA) entregará a mayo de 2026 un “atlas” del subsuelo que orientará a los inversores.
En el plano geopolítico, Roma busca blindar su autonomía industrial justo cuando la carrera por los minerales estratégicos se acelera: Estados Unidos subsidia la extracción doméstica con la IRA, Canadá nacionaliza y China controla buena parte del refino mundial. Para Meloni, el éxito del PNEM significaría “pasar de la dependencia energética a la soberanía de materiales”, vital para los objetivos europeos de coches eléctricos y renovables al 100 % en 2040.
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Giorgia Meloni, presidenta de Italia, también busca su propio litio y tierras raras con la apertura de 100 nuevas minas
