Porsche reconoce que el segmento premium eléctrico no está aceptando los vehículos eléctricos como se había proyectado. La marca de Stuttgart enfrenta dificultades para posicionar sus nuevos modelos 100% eléctricos en el mercado. Su estrategia, inicialmente anclada de forma sólida a la electrificación, se encuentra ahora en revisión.
A principios de la década, todos los indicadores respaldaban este rumbo, pero el escenario actual es diferente y obliga a Porsche a tomar decisiones complejas.
Primero fue el Taycan, luego el Macan y, más recientemente, el Cayenne Electric. Los dos SUV más vendidos de la marca han dado el salto a la electrificación total. A pesar de su calidad, esta decisión resulta agresiva en un segmento premium que no responde como se esperaba.
Los nuevos modelos eléctricos más asequibles de Porsche, cuya presentación estaba prevista hace meses, ven cómo su lanzamiento se retrasa continuamente sin una fecha concreta. La incertidumbre es palpable en la sede de la marca, que ya ha paralizado varios proyectos eléctricos, como el del Panamera PHEV.
El foco se centra ahora en la serie 718, compuesta por los Porsche 718 Boxster y Cayman. Estos deportivos, los más accesibles de la marca, han disfrutado de un gran éxito a lo largo de los años.
Sorprendentemente, las ventas de las versiones de combustión se han disparado ante la inminente llegada de una nueva generación totalmente eléctrica. Los clientes han enviado un mensaje claro a Porsche: no aceptarán de buen grado que sus deportivos de entrada se vuelvan exclusivamente enchufables.
Esta presión del mercado ha forzado a Porsche a retrasar el lanzamiento de los 718 eléctricos mientras redefine su estrategia. Según diversas fuentes, la marca optará por un enfoque de ‘divide y vencerás’.
Los nuevos 718 eléctricos llegarán en 2026, pero las versiones térmicas, que gozan de gran popularidad, se mantendrán en producción. Así, modelos eléctricos y de combustión coexistirán durante un periodo indeterminado. No es la primera vez que Porsche recurre a esta solución; ya lo hace con el Cayenne y lo intentó brevemente con el Macan.
Los Boxster y Cayman eléctricos se basarán en la arquitectura PPE (Plataforma Eléctrica Premium) del Grupo Volkswagen, diseñada para vehículos eléctricos de alto rendimiento.
Se prevé una adaptación de la variante PPE Sport para incluir motores de combustión en las futuras generaciones de las versiones RS y GT4 RS, que se posicionarán por encima de los eléctricos a partir de 2026. Esta medida se considera provisional hasta la llegada de la quinta generación de los modelos 718.
REDACCIÓN FV MEDIOS

